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Historias de vida: Cuando prevenir salva vidas

Historias de vida: Cuando prevenir salva vidas

2016-01-14 14:20:48

Conocé el testimonio de Analía Verónica Martinez, tía de dos bomberas voluntarias, y enterate de su inspiradora historia de lucha contra el cáncer de mama. Durante el IV Desafío de Habilidades Bomberiles que se llevó a cabo en Quilmes durante los días 14 y 15 de noviembre, conocimos a Analía quien acompañó a sus dos sobrinas y allí se interiorizó sobre la Campaña Bomberos Contra El Cáncer que lleva a cabo Fundación Bomberos de Argentina (FBA). Analía es tía de María y Noelia Avalos, bomberas del Cuartel Central de Bomberos Voluntarios de Quilmes. Hoy tiene 43 años y hace dos años comenzó su lucha contra el cáncer de mama. Al acercarse al stand de FBA nos contó su historia que inspiró esta entrevista. “Cuando fui al médico y me diagnosticaron, la palabra cáncer me asustó”, nos dice Analía y cuenta que se acercó a una consulta por una molestia que pensó no era algo grave. “Me enteré cuál era el tratamiento y me puse a llorar una hora en la puerta del hospital, después le dije a mi marido: - Listo, de esta igual voy a salir porque a mí esta enfermedad no me va a ganar”, añade durante la entrevista. Ella fue una de las tantas personas que se acercaron a conocer “Bomberos Contra El Cáncer” la campaña a la que bomberos voluntarios de diferentes puntos del país se plegaron en sus ciudades. Esta iniciativa de Fundación Bomberos de Argentina busca intensificar la concientización sobre el diagnóstico precoz en la prevención de la enfermedad a través del fuerte rol social que los bomberos cumplen en sus comunidades. De esta manera, Analía compartió con nosotros su historia de superación y la importancia de la detección temprana. -¿Cómo fueron los primeros tiempos para vos y tu familia? Yo creo que hubo dos impactos fuertes: primero tener que decirle a mis padres ya que uno no espera tener que hacer eso y el segundo fue contarle a mis tres hijos que eran chiquitos. Fue un cambio total en toda la familia porque la palabra cáncer asusta y uno siente que no hay solución. Les dije: “-Bueno si ustedes me apoyan y me ayudan, salimos de esta todos juntos”. Y así empezamos con el tratamiento. Yo me levantaba, iba a buscar a mi nene a la escuela, hasta me puse a pintar mi casa. No iba a cambiar mi rutina nunca porque si me tiraba a llorar en la cama sabía que eso iba a ser lo peor que me pasase porque iba a terminar consumiéndome. Durante el tratamiento me dijeron que se me iba a caer el pelo, por ejemplo. O sea, que tenía un montón de cosas en contra pero sinceramente no lo tomé mal, pensé que tenía que hacer el tratamiento lo más positiva que pudiese. O sea, ocupándome y  dejándome de preocupar. Así lo tomé: pensando que esto no me iba a ganar. Y así es, voy ganando. -¿Cómo fue tu tratamiento? ¿Qué fue lo que más te ayudó? Creo que me ayudó hacer proyectos. Siempre estaba buscando algo para hacer y no quedarme: salir con los chicos, juntarme con amigos, seguir una vida normal dentro de lo posible. Por mí y por ellos. Me di cuenta que yo les contagiaba energía y no me podía caer. Mis hijos me decían: “-Mami, si vos no te quejas, nosotros tampoco”. Sentía que tenía que cumplir con ellos. Para mí, las primeras cuatro sesiones de quimioterapia fueron difíciles y las siguientes fueron más suaves. Después fui recuperándome y empezó a crecer el pelo. Mi operación fue un miércoles de octubre, al día siguiente me dieron el alta y el sábado a la noche estaba festejando porque era el día previo al día de la madre. Yo le decía a mi familia: “-Tenemos que festejar porque salió todo bien”. Así que festejamos, después hice el tratamiento de rayos y acá sigo. Esa etapa del tratamiento duró nueve meses y se hizo larga. Sin embargo, uno trata de sacar fuerzas de donde sea y es difícil cuando los nenes te ven en cama durmiendo después de una quimio porque el cuerpo te lo pide. Yo nunca me descompuse pero los primeros días ellos se tenían que ocupar de las cosas de la casa. Todo fue planeado y hablado con ellos, nos involucramos todos en la enfermedad como familia. Esto nos unió mucho, ahora los cinco somos amigos. -¿Hasta ese momento qué sabías de la enfermedad? Hasta el 2011 me hice todos los chequeos y nunca me pidieron una mamografía, confiaba en mi médica que si no me lo pedía era porque estaba todo bien. Yo solo tenía un conocimiento en general de la enfermedad, sabía lo básico que uno va escuchando de oído. En el hospital Madame Curie me explicaron re bien, ellos me inspiraron la confianza de que iba a salir adelante. Siempre que iba a un control, los médicos me preguntaban cómo estaban mis hijos, siempre me ofrecieron contención. Gracias a Dios fue, dentro de lo malo, bueno. -¿Qué le dirías a alguien al que acaban de diagnosticarle la enfermedad? Que primero tiene que asimilarlo y que, cuando uno se tranquiliza, es central poner la mejor de las energías y ser súper positivo. Porque se sale, se puede. Uno siempre tiene que ser consciente de hacerse los controles. Yo no falto a ninguno y me hago todos los análisis que me piden. Si uno se ocupa, se sale. A mí todavía me falta porque son cinco años de tratamiento con pastillas después de los rayos y yo recién voy por el segundo. No hay que tener miedo porque eso da lugar a que la enfermedad avance. Uno tiene que ser muy cuidadoso cuando está en tratamiento. Después de a poquito se va recuperando, recobrando la fuerza y las energías de hacer cosas siempre con proyectos a futuro porque con esto no se termina todo. Con esto empieza otra forma de ver la vida y otra manera de vivirla disfrutando el día a día. -¿Qué consejos de prevención le darías a la comunidad? Es muy importante seguir los consejos que dan los bomberos en esta campaña. Que esto no es por la edad, al que le toca le toca y hacerse controles permite diagnosticar a tiempo. Hay que asumirlo, luchar y no dejar que te gane. Hay un montón de  tratamientos, se avanzó muchísimo y se puede salir adelante. Por suerte, hay muchas más campañas de prevención, ya no es una palabra tabú. Se puede hablar, antes nadie la quería nombrar porque era como una mala palabra. Ahora te vas acostumbrando y si uno habla con la gente, como están haciendo ustedes con la campaña,  se puede difundir este mensaje de concientización: “-Cuidate, hacete los estudios si no cuesta nada hacerse los chequeos”. Si se agarra a tiempo,  se puede curar. La prevención es clave, hay muchos lugares donde uno puede informarse. Veo que hay muchas chicas que en la actualidad tienen más noción de lo que puede llegar a pasar y se hacen los controles. Yo le digo a mi hija Oriana de 16 años: “-Cuando tengas la edad, empezá porque lo mío fue un aviso. Tenes que tener conciencia de que hay que saber cómo palparse y prevenir”. -¿Qué te pareció la campaña Bomberos Contra El Cáncer? Yo veo que donde hay una campaña de prevención hay muchas personas dispuestas a escuchar. Con ellas la gente va abriendo un poco la cabeza y toma conciencia de que hay que hacerse todos los controles. Conocía campañas generales de prevención pero no una como Bomberos Contra El Cáncer, específica para un sector. A mí me parece perfecto porque hay un montón de gente que necesita ayuda. Está bueno poder colaborar y que lo recaudado pueda ayudar a seguir concientizando. Es un problema general, no hay edad y puede afectar a cualquiera. Hay que dejar de pensar “a mí no me va a pasar nada”. Por eso hay que dar charlas y seguir concientizando a la comunidad tal como hacen los bomberos. Ellos están haciendo una gran tarea.
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