2019-05-31 01:49:40
El 2 de Junio los Bomberos Voluntarios de Argentina celebran su vocación que ya lleva 135 años en la comunidad. Para homenajearlos conversamos con María José Chávez, bombera voluntaria de Salta. ¡Leé su apasionante historia de vida!
Una mujer con un norte muy claro
María José Chávez tiene 40 años y es la presidenta de la Asociación de Bomberos Voluntarios Campos Castañares de la provincia de Salta. Cariñosamente todos en su cuartel le dicen “la jefa” porque con esfuerzo y constancia fundó el cuerpo de bomberos voluntarios de su ciudad. Charlamos con ella sobre la labor de los bomberos y las bomberas, la familia y el empuje de esta pasión que se celebra el 2 de junio.
Fundación: ¿Cómo llegaste a ser bombera voluntaria?
María José: Llegué a esta labor a los 35 años. Desde chica, siempre trabajé en temáticas sociales pero nunca estuve relacionada directamente con bomberos y en mi familia tampoco hubo antecedentes.
En 2013, la comisaría del barrio invitó a la comunidad a hacer un curso sobre emergencias, sus tipos y los riesgos en hogares, etc. Yo me inscribí en ese momento con quien era mi novio –y hoy es mi marido- e hicimos el curso que duró 6 meses. Al finalizar debíamos presentar un estudio del lugar donde vivíamos -nosotros somos del norte de Salta Capital- y eso nos llevó a notar que existían riesgos que nos hacían vulnerables como comunidad. En esa zona no existía un cuartel de bomberos voluntarios. Por eso, con el grupo de 30 personas que realizamos el curso decidimos formar un comité de emergencia. Nuestro objetivo era capacitarnos y estar preparados para dar una mano a nuestros vecinos.
A mí siempre me gustó trabajar con la comunidad, con lo social. Encontré en este equipo de personas la posibilidad de ayudar en conjunto cada vez que había un siniestro o una emergencia. Eso nos llevó a investigar y pensar cómo podíamos formar un cuartel de bomberos en nuestro barrio. ¡Así empezó todo esto!
F: ¿Sos la fundadora del cuartel?
MJ: Sí, soy la fundadora.
F: ¿Cómo fue ese proceso?
MJ: Fueron tiempos muy fuertes y muy duros, los bomberos me van a saber entender. Con este grupo de personas con las que hicimos el curso, nos organizamos para ayudar y además nos capacitábamos para mejorar. Cuanto más nos preparábamos, más nos gustaba la idea de formar parte de un cuerpo de bomberos.
Empezamos a investigar y estudiar todo lo que teníamos que hacer y le metimos mucha garra. Queríamos lograr que nuestra comunidad tuviese su cuartel y que los vecinos se sintiesen más protegidos. Encontramos trabas pero nunca bajamos los brazos y luchamos hasta conseguir la personería jurídica.
F: ¿Y los comienzos?
MJ: Como muchas mujeres, yo crié sola a mis hijos. Yo vendía empanadas y, en un principio nos enfocamos mucho en un trabajo fuerte de recaudación de fondos para solventar gastos del cuartel. Llevamos adelante un proceso de gestión para poder ejercer nuestra tarea como bomberos. Por ejemplo, solemos vender locro y empanadas en nuestro barrio.
F: ¿Y actualmente cómo llevan adelante su tarea de bomberos?
MJ: Para nuestra comunidad los bomberos lo son todo. Siempre le pido a sus familias que los acompañen porque no podrían hacer su tarea sin su apoyo. En nuestra jurisdicción viven 200 mil personas a las que cuidamos y formar parte del cuartel nos da orgullo, nos engrandece como personas. Por eso es muy importante la capacitación y la profesionalización para el avance de nuestro sistema.
Hoy en día trabajamos en equipo con los cuarteles de la zona que en total somos 4. Siempre le metemos fuerza para conseguir materiales y fondos. En este tiempo conseguimos equipamiento, tenemos una camioneta y pronto estará llegando nuestra autobomba. En la zona nos dividimos las tareas. Por ejemplo, yo me especializo en incendios forestales.
F: ¿Cómo combinás la vida en el cuartel y la vida en familia?
MJ: Tengo una hija de 14 y un hijo de 18 años. Ellos conviven con el cuartel. Hoy mi hija es cadete y aspira a convertirse en bombera y mi hijo estudia economía en la universidad. Yo estudié una tecnicatura de economía social pero al avanzar con la iniciativa del cuartel no pude seguir la licenciatura, me dediqué plenamente a eso.
Al comienzo fue bastante difícil porque ellos eran chicos y las tareas para formar el cuartel ocupaban mucho tiempo que no les podía dedicar como familia. Ellos siempre me acompañaron y apoyaron. Tuve que tocar muchas puertas y sortear muchos más obstáculos para hacer realidad nuestro proyecto de bomberos. Lo importante para mí es que nunca bajé los brazos.
Mis hijos son mi sostén, me dieron fuerza para seguir. Ellos siempre me dicen “vos podés”.
F: ¿Cómo cambió tu vida el ser bombera?
MJ: Ser parte de un cuerpo de bomberos me hizo una mujer muy feliz y más fuerte de lo que pensaba. Superé obstáculos y me fortalecí, tuve gente a mi lado que me brindó un abrazo cuando lo necesité.
Yo siempre digo que no tengo 2 hijos, sino que tengo 30. Yo cuido a mis bomberos como hijos. La mayoría de ellos son estudiantes universitarios, sus familias saben que ellos están tranquilos y felices y les pedimos que los apoyen mucho. Siempre.
Creo que estamos en el planeta por una razón. No debemos mirar para adentro y fijarnos sólo en lo económico. Para cambiar el mundo hay que mirar al otro, al prójimo. Estoy convencida que siempre hay que dar una mano a quien lo necesite. Esa pequeña actitud te cambia la vida como persona.
Creo que los bomberos tenemos un don, una llama en el corazón de ser sensibles a todo. Eso nos mueve en nuestra vocación.
F: Vos sos presidenta de la asociación pero todos te dicen “jefa” ¿no?
MJ: Sí, es que soy parte del cuerpo de bomberos y soy la que dirige las emergencias y las operaciones. Cuando estamos en una emergencia, el Jefe de Cuerpo ingresa con el personal y los protege. En esa instancia yo me hago cargo del comando de incidentes y mi tarea es organizar y brindar soporte desde el exterior.
F: Estamos viviendo un cambio cultural en los cuarteles y felizmente más mujeres son parte del sistema, ¿cómo es tu experiencia?
MJ: Le puse mucho empeño y me costó sangre, sudor y lágrimas. En algunos lugares creen que las mujeres no asisten en incendios sino que sus tareas son de administración, cocina o limpieza. Eso no puede ser así.
En nuestro cuartel hacemos todo a la par. Siempre lo charlo en el cuartel y en el encuentro de género porque las mujeres tenemos que demostrar que podemos. Es un doble esfuerzo y muchas veces es un proceso muy fuerte y emotivo. Yo siento que me gané el respeto de mis pares.
F: Se acerca el Día del Bombero Voluntario, ¿cuál es tu deseo para el 2 de junio?
MJ: Yo lo que más deseo es que los bomberos de nuestro país tengan el reconocimiento que merecen. Quiero que nos sigamos profesionalizando porque tenemos que ganarnos el respeto de nuestra comunidad. Eso es invaluable.
Deseo que la familia de cada bombero y bombera los acompañe y que nunca tengamos que lamentar la pérdida de vidas.
Mi mayor deseo es que sigamos creciendo como sistema y que logremos cada propósito que nos propongamos. Los bomberos somos un orgullo para todos y a veces lloro de alegría por todas las cosas que logramos juntos.
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